lunes, 15 de febrero de 2010

La piedra de Thalis. Capítulo 12.

-No vamos a morir, Sarah- me intenta tranquilizar Aly- todo saldrá bien.
Yo miro al hada con los ojos entrecerrados y aparta sus ojos negros de mí.
-¿Cómo sabes eso Sarah?- me pregunta Criss-.
- Lo vi en mi visión.
Criss asiente, entonces empezamos a comer.

Una vez que hemos terminado y recogido empezamos a hacer planes para ver quién va con quién. Criss y Rue irán juntos, ya que ambos son principiantes y si uno de ellos falla el otro lo complementará. Aly irá sola y yo iré con Shey.
- ¿Listos? –dice Shey, Aly asiente y desaparece- Criss y Rue también se van- ¿Preparada Sarah?
Yo no le contesto, sino que clavo aún más mis uñas en su antebrazo, lo que habrá interpretado como un sí, porque al instante siguiente me encuentro en medio del océano.


Es una escena preciosa. Shey ha hecho un escudo de aire a nuestro alrededor. El suelo es de arena marrón oscura, y de ella nacen algas, corales, y demás plantas marítimas. Pero lo que más destaca de todo en una gran piedra que hay en el centro del escudo, a unos metros de mí.
- Es precioso- dice Rue- ¿Es la piedra de Thalis?
- Así es- dice Aly- Vamos, no tenemos tiempo que perder.
Todos se acercan a la piedra, pero yo no me muevo ni un milímetro hasta que Aly hace un gesto con la mano para que valla.
Aunque podemos caminar y respirar como en tierra firme estar viendo agua por todas partes me resulta inquietante.
Yo estoy a un paso de exacto de una roca de un naranja resplandeciente. Shey está detrás de mí, junto a Aly. Criss y Rue me cubren los flancos.
- Sarah, concéntrate. Tú tócala, haz lo que tengas que hacer y si vienen los Rakseine nos ocuparemos nosotros.
Asiento y alzo la mano, rozo la piedra.
Figuras negras aparecen en la burbuja de aire. El combate empieza
Pero yo ya no estoy en medio en medio del océano. Todo a mi alrededor es negro y siento que estoy flotando.

Pero después una sala se materializa a mi alrededor, es un salón muy grande y todo lo que hay en el es de tonos rojizos, dorados o marrón oscuro, incluso la túnica de una mujer que hay en medio de la sala…, espera, hay una mujer en medio de la sala. Me dispongo a acercarme a ella, pero me doy cuenta de que está demasiado cerca de mí ya. Es más, tanto, que podría tocarla si alzo la mano.
Me sonríe.
-Bienvenida, sacerdotisa- dice con voz etérea- Hacía tiempo que te esperaba.
Me quedo mirando a la extraña mujer. Desconozco el nombre de su raza, es poco más alta que yo y muy delgada. Su piel es dorada y brilla de una manera extraña bajo la tenue luz, su pelo es verde y ondulado, y por sus rasgos faciales, diría que se trata de algún tipo de hada, excepto por sus ojos violáceos y sus manos palmeadas. Supongo que será mestiza.
-Me llamo Sarah Thomas, y soy médium- digo cuando, al fin, consigo hablar- Busco a la señora Iryal de Thalis.
-Pues parece que la has encontrado- dice sonriendo, yo le hago una reverencia-. Oh, sacerdotisa no es necesario- me levanto-. Así está mejor. Vienes a llevarte el Poder, ¿No es así?
-Y-yo… no, bueno sí- digo balbuceando- Bueno, vengo a hablar con usted, después hará lo que crea conveniente. Y-yo…
-Habla, pues.
-Verá señora. Eldun de ha quedado sin Poder, y como usted sabrá, es necesario. La actual reina Nélian pensó que…, que quizás usted, p-podría…
- Tranquila cielo- Me dice con una sonrisa maternal- No voy a morderte.
- Pensó que quizás podríamos llevar la piedra a Eldun y así usted daría a los reyes su Poder…- He llegado a la conclusión de que balbuceando no llego a ningún sitio, así que alzo la cabeza y por fin mi voz suena alta y clara- Los reyes dicen que es necesaria una médium, como yo. Pero no entiendo el porqué.
-Yo sí entiendo el porqué- Dice la reina Iryal- Verás, la piedra en si carece de Poder, es el espíritu que habita en ella quien lo tiene. Un espíritu no puede ser transportado, porque es inmaterial, por lo que se necesita un medio material para transportarlo. Estoy al corriente de que tus amigos van a darlo todo por mí mísero espíritu en esta batalla, por lo que no hace falta que teletransportéis esta piedra a Eldun. Cuando salgas de aquí, sacerdotisa, tal solo tienes que llevar este colgante a Eldun- Dice señalando la estrella que llevo colgada al cuello, un regalo de tía Martha-, déjalo con las otras piedras y el Poder regresará a nuestro planeta, querida.
Caigo de rodillas al suelo y lágrimas comienzan a brotar de mis mejillas. No suelo llorar delante de la gente, pero aquella mujer estaba rodeada de un aura que la hacía asemejarse a una diosa, y tener la sensación de poder salvar mi mundo es tan… extraño.
-Bendita sea usted, majestad- Iryal se agacha y atrapa con su dedo una lágrima que recorre mi mejilla- ¿No le da pena perder el Poder?
- En absoluto, a mí ya no me hace falta y aré lo que pueda por ayudar a mi pueblo. Se me agota el tiempo sacerdotisa. A propósito, Martha te da recuerdos. Ganaréis esta batalla.
La mujer desaparece y me quedo sola en el gran salón, que también va desapareciendo, que poco a poco, también va desapareciendo. Al poco rato estoy flotando en la negrura otra vez.

3 comentarios:

  1. Me alegro que no te hayas tomado a mal mi comentario de la ortografía, y entiendo que escribir por msn es un grave problema xD...
    Espero el siguiente capítulo.

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  2. Me encanta:D
    Estoy impaciente por el próximo capítulo:)
    Un beso!

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  3. hola!
    perdona por no pasarme antes, pero ando liadisima con carnavales... jaja.
    uum... cuantos capitulos tendrá la historia esta en total? porque si acaba dentro de nada, espero para leer lo siguiente, pero si va a ser mas larga, pues empiezo a leerla ^^

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