miércoles, 10 de noviembre de 2010

19.

Keyla se sienta en un sillón de su habitación, agotada tras haber tenido que arrastrar el cuerpo de Krystal a través del palacio Rakseine a escondidas, ya que dentro del palacio no está permitido hacer magia, por motivos de seguridad. Hay un hechizo que rodea todo el palacio (sin extenderse por los jardines) que no permite el uso de la magia, todos los magos Rakseine colaboraron en el hechizo. Exceptuando, por supuesto, los hechizos de teletransporte a la Tierra, que sí que están permitidos.
Alguien toca a la puerta y Keyla se alegra de haber encerrado a Krystal en el vestidor, que para aquel entonces estaba muerta. Una vez inspeccionada la mente de la chica su cuerpo ya no servía de nada y Keyla no tenía la menor necesidad de tener que estar cuidando de la humana.
- ¿Sí?- dice Keyla con voz dulce-.
- ¿Keyla? ¿Puedo pasar?-.
Keyla reconoce la voz de su madre a través de la puerta, dura y fría, como la suya propia.
- Por supuesto, madre- dice levantándose del sillón-.
Dy- Ann, jefa de los Rakseine entra en la habitación de su hija y se sienta en uno se los sillones.
- Explícate, Keyla- dice con su habitual tono frío, poco típico de una hechicera humana.
- ¿Qué he de explicar?- dice Keyla, alzando la cabeza y mirando los grandes ojos negros de su madre-.
- ¿Por qué no empezar por la razón de por qué no has acabado con tu hermano? O, si lo prefieres, puedes contarme por qué le has hablado así a Gador.
- Gador no es mi padre…
- ¡Pero es tu jefe! Al igual que tu padre o yo. Tu padre no está en la fortaleza, se encuentra en Dekú liderando un ejército, ¿Lo sabes, no?- Keyla asiente- yo me encontraba ocupada en esos momentos, y le pedí a Gador que hiciese el favor de hablar contigo. Y cuando viene, me dice que una ñiña ha osado a hablarle de esa manera. ¿! Aún dudas que es lo que has de explicar!?

- No lo dudo, madre, pero…

- ¿Pero? Keyla te crees más de lo que eres, no lo olvides. Y la razón por la que Kesh está aún vivo y coleando es…

- La médium iba con él, y ambos son poderosos, prefiero esperar a que se presente la oportunidad de matarlo cuando esté desprevenido y tenga yo todas las posibilidades de ganar. Ese momento llegará pronto.

- Espero que sea verdad-.

Y con esto último, Dy-Ann, jefa de los Rakseine, sale de la habitación de Keyla, arrastrando tras de sí su larga túnica negra.




Justo tres cuartos de hora después Seelie dobla la esquina del pasillo vestida con un bonito y elaborado vestido blanco de mangas abombadas y escote cuadrado. Toca a la puerta de la habitación de la habitación 22, la más cercana. Nadie abre y vuelve a tocar más fuerte.
- ¿Sí?
- Ya han pasado tres cuartos de hora, vengo a recogeros para la cena.
- Pues…que espere la cena porque yo no estoy.
Seelie sonríe para su interior, ¨ para graciosillo él, graciosilla yo ¨ - piensa-, y abre la puerta de la habitación.
- EEEEEEEEHHHH-dice Criss- ¿Pero qué es esto? Te dije que no estaba preparado.
- Pues como no estabas preparado he venido a ayudarte, la cena es en quince minutos, y no se en tu planeta pero aquí se valora mucho la puntualidad, y si tu no la respetas yo te la haré respetar.
Mientras va hablando Seelie camina hasta un enorme armario y abre una de sus puertas, acto seguido comienza buscar prendas en su interior.
Criss se queda callado y la observa.
- ¿Qué miras?- le dice Seelie, colocando unos pantalones blancos y una camisa verde en la gran cama-.
- Nada, sé vestirme yo solo, ¿Sabes?
- Oh, no, esperaba vestirte yo, no te digo. Tan solo te estoy ayudando a elegir las prendas adecuadas. Toma- le dice a Criss poniendo el sus brazos un montón de prendas.- Coge lo que hay sobre la cama y pruébate lo que más te guste. En un minuto estoy aquí. Tanto si estas vestido como si no lo estás.
Seelie sale de la habitación y Criss repite su última frase con tono de burla y comienza a probarse esas extrañas ropas.

lunes, 1 de noviembre de 2010

18.

Sarah coge una lanza de aproximadamente su altura forjada en plata y un par de cuchillos para meterlos en un cinturón.
Rue coge un arco también de plata con un carcaj de flechas a juego y un cuchillo kindjal.
Shey observa dos espadas, una de ella parece pesada, con la empuñadura forjada en oro, la otra es más larga, pero su hoja es fina como el papel.
Criss por su parte ha hecho un montón con todas las armas que se dispone a llevar, donde hay dos espadas, cuatro cuchillos kindjal y un gran hacha.
- Ahora me dices donde vas a meter todo eso, siento curiosidad- dice Seelie por detrás de Criss, haciendo que éste se sobresalte-.
- Pues los kindjal en un cinto, las espadas en la espalda y el hacha en la mano, no es tan complicado.
- No te vas a poder mover bien- le dice Seelie-.
- Oh si que podré, pienso lanzar el hacha y después pelear con las espadas.
- ¿Con las dos a la vez?- dice Seelie con una sonrisa burlona-.
- No, no se pelear con la derecha, soy zurdo.
- Ah.
- ¿Y tú que vas a coger?
- Un látigo y dos cuchillos de doble filo, son mis preferidos- dice a la vez que saca un cuchillo con una hoja muy afilada en cada dirección y un espacio forjado en plata en medio a modo de empuñadura.
- Eh, nunca había visto uno de estos antes.
- Bueno, siempre hay una primera vez.
Criss sonríe y Seelie se encoge de hombros y se acerca a Rue.
- ¿Un arco?
- Sí, es el único arma que sé usar con certeza.
- Eso está bien- dice asintiendo- Bien, si ya las tenéis podéis seguirme y os llevaré a vuestras habitaciones. ¿Las queréis individuales o preferís compartir?- dice dirigiéndose a todos-.
- Yo individual, por favor- dice Sarah-.
- Yo también- dice Criss-.
- Nosotros compartiremos una- dice Shey abrazando a Rue-.
- De acuerdo, seguidme.
Todos siguen a Seelie por una serie de pasillos y escaleras hasta que ésta se para ante dos guardias y pregunta:
- ¿Dónde puedo encontrar tres habitaciones libres?
- Hola, Seelie- dice uno de los guardias- En la segunda planta, pasillo derecho, las 22, 23 y 24.
- Perfecto, muchas gracias Maren.
- No hay de qué.
Seelie sigue por el pasillo derecho y lleva a los demás a las habitaciones del final de éste.
- Bien, estas tres están libres. Tenéis ropa en los vestidores, seguro que hay algo de vuestra talla. En tres cuartos de hora aproximadamente pasaré a recogeros a vuestras puertas, os espero limpios, peinados y arreglados. Hasta luego- dice, y se marcha andando rápidamente-.
- Pues nada, ahora ponte a arreglarte- dice Criss, que abre la primera puerta y se encierra en la habitación de un portazo-.
- Bueno, tan poco es tan malo- dice Rue-.
- No, pero Criss se tiene que quejar por vicio cuando le ordenas algo- dice Sarah encogiéndose de hombros y se encierra en la siguiente habitación-.
Rue y Shey quedan solos en el pasillo.
- A veces me cuesta entender por qué los dos no están saliendo. Son igual de cabezotas- dice Rue-.
- Lo sé, quizás es por eso, los polos iguales se repelen- Contesta Shey-.
- Puede, pero que sepas que me pido la ducha primero- dice Rue sonriendo-.
Shey le devuelve la sonrisa y los dos entran a la habitación.