martes, 29 de junio de 2010

12.

- Vale…bueno, me voy. Volveré luego.
Kesh se despide de ella y abre la puerta que da a la calle, una vez que Sarah ha salido, despierta a Krystal, que se muestra muy alterada.
Kesh creía que había borrado de su mente los recuerdos de la comida, pero al parecer no.
- ¿Qué me has hecho?¡Suéltame!- dice Krystal pataleando e intentando zafarse de Kesh- ¡SUÉLTAME¡
Kesh se cansa de los intentos de huida de Krystal, por lo que la coge bruscamente del cuello y la pega contra la pared, cogiendo sus muñecas con la otra mano, inmovilizándola.
- Vale, ahora te vas a estar callada, sin moverte, porque sino…-dice mientras la aprieta más contra la pared y un hueso de la mano de la chica cruje peligrosamente- ¿Entendido?
Krystal asiente con los ojos muy abiertos y Kesh sonríe de una forma encantadora, imaginando que no es Krystal sino Keyla a quien tiene aprisionada contra la pared.
Suelta a Krystal lentamente, comprobando que no va a intentar huir.
- Perfecto, vamos a sentarnos, seguro que así estás más cómoda-.
Krystal baja la cabeza y se sienta en el sofá, incapaz de desobedecer las órdenes de Kesh.
Kesh se sienta a su lado y toma una mano de ella entre las suyas, ya que con el contacto físico es mucho más fácil adentrarse en mentes ajenas.
Lee la mente de Krystal como un libro abierto, comprobando todos los momentos de sus últimos años, minuto por minuto. Parece que la chica no ha tenido ningún encuentro con Keyla, Kesh va a dejarla cuando llega a los momentos de hacía un rato, en la comida, pero se queda ahí parado, repitiendo una y otra vez un momento en el que Krystal se quedó mirando al ventanal del restaurante, convencida de que había alguien idéntica a ella al otro lado. Kesh ve a través de la mente de Krystal como Keyla expresa incredulidad al ver a alguien idéntica a ella, y como después sonríe y se va, dejando a Krystal con el convencimiento que era su reflejo. Kesh sale apresuradamente de la mente de Krystal y acto seguido se levanta corriendo.
- Mierda…- masculla mientras sale corriendo al balcón a reforzar la magia de la casa-.
Ya un poco más tranquilo entra al salón.


Sarah avanza lentamente por las soleadas calles de París, llenas de gente, pero la gente está demasiado ocupada para detenerse a mirar la cara impasible e inhumana de la persona a la que acompaña Sarah. Al principio pensaba que Rue (o Dianne) pesaba menos de lo que ella había imaginado, pero tras ir soportando su peso un buen rato decide sentarse en un banco libre que hay al lado del escaparate de una tienda. Cuando lleva un rato sentada y se dispone a levantarse Sarah empieza a marearse y a caer en un abismo negro, intenta nadar hacia arriba en el eterno abismo, intentando huir de la visión, pero acaba por caer en el trance.

3 comentarios:

  1. ¡GENIAL!
    Como siempre;)
    ¡Un besazo!
    Y a ver si nos llamamos otra vez por msn xD

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  2. La verdad es que sí, con momentos pequeños e insignificantes una persona puede ser realmente feliz porque para ellos ese momento puede ser realmente grande!:D
    Un beso.

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  3. wow super cap.!! me dejas picada quiero saber que pasa con Sarah!
    un besote
    :)

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