El palacio donde habita Nélian, reina de Eldun, es un edificio construido en el sur de isla Inita. Es una especie de casa gigante, imitando el estilo de las casas de isla Saish, toda rodeada de jardines. Con numerosas habitaciones para los empleados del palacio y los visitantes, ya que la reina de Eldun permite a aquellos que quieran permanecer unos días en su palacio para que vean el estilo de vida de allí, siempre que estos fuesen interrogados antes por un telépata. El palacio también recibe el nombre de ¨ la Torre ¨, nadie conoce el motivo excepto la reina, a quien si le preguntabas al respecto decía que era un secreto de la familia muy bien guardado.
Al poco tiempo Shey, Criss, Rue y Sarah entran en la sala de visitas de la Torre.
- Hola-dice Nélian, sonriéndoles a todos-.
- Buenas noches- dice Shey, acercándose a la reina y dándole un beso en la mano-.
- Buenas noches- repite Criss, haciendo el mismo gesto que Shey-.
- Hola- dice Sarah, dándole un abrazo a la reina-.
La primera vez que Sarah fue a Eldun y conoció a su soberana, le pareció una broma ya que Nélian aparentaba su misma edad, el hada tenía más de 70 años, pero no los aparentaba, ni en su físico ni en su actitud, ya que se comportaba de una forma u otra dependiendo de la gente con la que trataba, y cuando trataba con ellos les hacía sentir que ella no era una importantísima reina sino como una más de ellos, como una amiga. Y Sarah la trataba como tal.
Rue también se acercó y le dio otro abrazo.
- Al fin habéis venido a visitarme- dice Nélian, sentándose y haciendo un gesto para que los demás se sienten también-.
- Sí, pero la verdad es que hemos venido por un mal asunto- murmura Criss- sentimos ser portadores de malas noticias pero…, es lo que hay.
Nélian pone los ojos en blanco y mira a Sarah, adivinando por la mirada vacía de ésta el problema.
- Bueno… contadme, os escucho. Haré lo que esté en mi mano, ya lo sabéis.
Shey va a abrir la boca para empezar a hablar, pero llaman a la puerta.
- ¿Sí?- contesta Nélian- Estoy en una reunión importante.
La puerta se abre y el rostro de una mujer morena de unos 20 años aparece por la puerta, mordiéndose el labio inferior, con gesto preocupado.
- Lo siento señora, pero lo que te tengo que decir es importante- por ese te tengo que decir todos los presentes se dan cuenta de que esa chica no es ninguna sirvienta, si no alguien importante- ¿Puedo pasar?
- Claro.- dice Nélian tras ver a la persona que había tras la puerta- ¿Qué sucede?
La chica hecha una mirada cargada de significado a los desconocidos, que no pasa desapercibida para ellos.
- Oh, puedes hablar delante de ellos. Estos son los magos y la médium de los que te hablé, los que trajeron la piedra de Thalis.
La chica abre los ojos y asiente.
- Ella es Seelie- dice la reina haciendo un gesto con la mano hacia la chica-.
- Hola- dice Seelie, alzando una mano-. ¿Quién es la médium?
- Yo- dice Sarah, avanzando un paso hacia ella- Mi nombre es Sarah. Esta es Rue, mi hermana, y estos son Shey y Criss. Los tres son magos.
- Cuanto Poder hay por aquí…- dice Seelie, refiriéndose a la cantidad de personas con Poderes sobrenaturales de la sala- yo soy psíquica.
Sarah frunce el ceño, no tiene ni idea de que es ser psíquica.
- Puedo mover objetos con la mente, en resumen. Sin necesidad de pronunciar ningún hechizo.
- Exactamente- continua diciendo Nélian- Seelie es una de nuestras mensajeras más eficientes.
- Oh, gracias, pero siento traeos un mal mensaje Nélian. Discípulos de los Rakseine atacan, nos atacan Nélian, hay que preparar un ejército así como ya. Trabajan rápido, ya han invadido la costa sur de Dekú.
Nélian frunce el ceño y mueve la cabeza.
- No habrá un poco de paz nunca…- dice tocándose la sien con los dedos- Un ejército…,¿Y qué ejército mando yo? Ahora tengo a los Superiores en Saish, con todo los líos de las Piedras…, supongo que podríamos reclutar a gente, unos pocos de cada raza, ¿Cuántos son ellos, Seelie?
- - No lo se señora, pero no son muchos, supongo que cien a lo sumo, los Rakseine tienen una buena estrategia, y gente muy cualificada, pero nosotros también podemos conseguir a gente y hacer una estrategia. No tenemos que lanzarnos tampoco a la lucha de cabeza…, o quizás sí, la cosa es detener el ataque cuando antes, para que no nos ganen terreno.
- Tienes razón, necesitamos gente…- contesta Nélian, aún si n abrir los ojos-.
- Si buscan opinión- dice Criss- yo sí que lanzaría a la lucha en cuanto tuviese un ejército, en estas ocasiones ¿Qué estrategia vas a pensar?
- Como no, lanzarte a la lucha de cabeza Criss- dice Rue-.
- A mí no me parece mala idea, tiene razón, es la mejor manera de pararles los pies a los Rakseine. Mientras que el ejército lucha, podremos pensar en una estrategia que merezca la pena…
- Podemos intentarlo- dice la Reina- pero necesitamos a guerreros de verdad…
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miércoles, 15 de septiembre de 2010
lunes, 6 de septiembre de 2010
15.
Sarah llega al porche de su casa de campo, tambaleándose (uno de los efectos secundarios del teletransporte). Rue es la primera que sale a recibirla.
- ¡Sarah!- dice cuando la ve, corriendo a darle un abrazo-.
- Hola, Rue.
Rue nota algo raro en la voz de Sarah y se separa de ella.
- ¿Qué pasa?
- ¿Te importa si entramos y se lo cuento a todos?
- Es que… Shey y Criss han bajado al pueblo a comprar.
Sarah pone los ojos en blanco y ella y Rue se sientan en el suelo del porche.
- Verás, es que hace unos días la hermana de Kesh fue a su apartamento para matarlo, porque los Rakseine la enviaron para acabar con el traidor- Rue abre la boca, pero Sarah sigue hablando- espera, déjame terminar y las preguntas me las haces luego- Rue asiente- bueno Kesh fue rápido y logramos escapar de ella, él me contó que no podíamos enfrentarnos a ella porque era…muy poderosa y moriríamos en el intento. Cuando volvimos a su casa Kesh reforzó la casa con la magia, para que Keyla no entrase. Al día siguiente salimos a comer fuera, a un restaurante, y allí nos encontramos con una chica igualita a Keyla. Para asegurarse de que no era ella Kesh la llevó a ella y a su amiga a casa para leerles la mente. Cuando le leyó la mente a la amiga de la chica que se parecía a Keyla me dijo que si yo la podía llevar a casa, él la camufló con un hechizo y yo la llevé a su casa, pero por el camino vi en una visión que Keyla iba al apartamento de Kesh para hablar con él. Keyla descubrió que Kesh en realidad- Sarah deja de hablar, tragándose las lágrimas- que él en realidad no…- vuelve a hacer el esfuerzo de no llorar, mirando al techo- que él en realidad no me quiere, que está conmigo por conveniencia, porque yo tengo mucho Poder y no se usarlo aún, aunque no sé que quiere…
Rue se levanta y abraza a su hermana, pues es inútil decir nada en estas situaciones. Pero para sorpresa de Rue Sarah se seca las lágrimas rápidamente y continúa hablando.
- No hay tiempo para ponerme así, no tengo tiempo, nada de tiempo. Le dije a Kesh que he venido aquí para coger algunas de mis cosas porque me iba a quedar más tiempo con él, así que vamos a trazar un plan, nosotras, y luego se lo contamos a ellos ¿Vale?
- Como quieras- dice Rue- pero… a mí no se me ocurre nada…
- A mí sí, al único lugar al que podemos ir y estar seguros es a Eldun, allí estaremos protegidos por la reina.
- No se… no está tan mal. De todas formas estábamos pensando en ir pronto, de visita. Y esto hay que comunicarlo a la reina, se va más allá de nuestros problemas, atrapar a los Rakseine no es nuestro deber, y no estaría de mal informar a la reina de esto.
- Vale, pues eso aremos, creo que Shey y Criss estarán de acuerdo con nosotras.
- Yo también lo creo, unas preguntas, por cierto. ¿Por qué la hermana de Kesh, Keyla, es tan peligrosa?
- Porque es maga, telépata, es una mezcla de todas las razas de Eldun, y lo peor es que todas sus características la favorecen, haciendo que pueda usar las armas más peligrosas de cada raza. Pero no pongas esa cara, no es tan peligrosa, Kesh exageró mucho, dijo a Keyla que yo era más poderosa que ella, pero de todos modos no hay que subestimarla.
- Ya, ¿Y por qué…?
- Shey y Criss, vienen.
Rue gira la cabeza y efectivamente el coche acaba de entrar en el campo. Las dos se levantan y corren a su encuentro.
- ¿! Sarah!?- dice Shey-.
- No hay tiempo para reencuentros Shey, tengo que contaros algo.
Entre Sarah y Rue cuentan a Shey y a Criss todo lo sucedido, ahora con más detalles y cuentan también sus planes al respecto.
- Te dije que ese tío era un capullo- dice Criss-.
- Ya, y tenías razón, pero ahora no hay tiempo para disculpas Criss, tenemos que pensar-.
- Por mi parte no hay nada que pensar, vámonos a Eldun antes de que ese capullo venga a buscarte.
Todas las cabezas se giran hacia Shey, que piensa.
- Bien, nos uniremos todos para que el teletransporte sea más rápido y efectivo.
- Señora, ha venido visita a la torre.
Nélian alza la cabeza hacia el mensajero, uno de los chicos que viven en la torre y se dedica a vigilar junto con otros dos la entrada y salida de quien entra y quien sale de la torre.
- ¿De quién se trata?- dice la reina dejando la flor que estaba oliendo y saliendo del jardín, hacia el chico-.
- Tres de ellos son magos, los acompaña otra mujer, dicen que es urgente, el nombre del hombre que ha hablado conmigo dice llamarse Shey.
Nélian soríe alegremente.
- Al fin se han decidido a hacerme una visita…- musita para sí- hazlos pasar, los esperaré en la sala de visitas.
El chico asiente y sale del jardín.
- ¡Sarah!- dice cuando la ve, corriendo a darle un abrazo-.
- Hola, Rue.
Rue nota algo raro en la voz de Sarah y se separa de ella.
- ¿Qué pasa?
- ¿Te importa si entramos y se lo cuento a todos?
- Es que… Shey y Criss han bajado al pueblo a comprar.
Sarah pone los ojos en blanco y ella y Rue se sientan en el suelo del porche.
- Verás, es que hace unos días la hermana de Kesh fue a su apartamento para matarlo, porque los Rakseine la enviaron para acabar con el traidor- Rue abre la boca, pero Sarah sigue hablando- espera, déjame terminar y las preguntas me las haces luego- Rue asiente- bueno Kesh fue rápido y logramos escapar de ella, él me contó que no podíamos enfrentarnos a ella porque era…muy poderosa y moriríamos en el intento. Cuando volvimos a su casa Kesh reforzó la casa con la magia, para que Keyla no entrase. Al día siguiente salimos a comer fuera, a un restaurante, y allí nos encontramos con una chica igualita a Keyla. Para asegurarse de que no era ella Kesh la llevó a ella y a su amiga a casa para leerles la mente. Cuando le leyó la mente a la amiga de la chica que se parecía a Keyla me dijo que si yo la podía llevar a casa, él la camufló con un hechizo y yo la llevé a su casa, pero por el camino vi en una visión que Keyla iba al apartamento de Kesh para hablar con él. Keyla descubrió que Kesh en realidad- Sarah deja de hablar, tragándose las lágrimas- que él en realidad no…- vuelve a hacer el esfuerzo de no llorar, mirando al techo- que él en realidad no me quiere, que está conmigo por conveniencia, porque yo tengo mucho Poder y no se usarlo aún, aunque no sé que quiere…
Rue se levanta y abraza a su hermana, pues es inútil decir nada en estas situaciones. Pero para sorpresa de Rue Sarah se seca las lágrimas rápidamente y continúa hablando.
- No hay tiempo para ponerme así, no tengo tiempo, nada de tiempo. Le dije a Kesh que he venido aquí para coger algunas de mis cosas porque me iba a quedar más tiempo con él, así que vamos a trazar un plan, nosotras, y luego se lo contamos a ellos ¿Vale?
- Como quieras- dice Rue- pero… a mí no se me ocurre nada…
- A mí sí, al único lugar al que podemos ir y estar seguros es a Eldun, allí estaremos protegidos por la reina.
- No se… no está tan mal. De todas formas estábamos pensando en ir pronto, de visita. Y esto hay que comunicarlo a la reina, se va más allá de nuestros problemas, atrapar a los Rakseine no es nuestro deber, y no estaría de mal informar a la reina de esto.
- Vale, pues eso aremos, creo que Shey y Criss estarán de acuerdo con nosotras.
- Yo también lo creo, unas preguntas, por cierto. ¿Por qué la hermana de Kesh, Keyla, es tan peligrosa?
- Porque es maga, telépata, es una mezcla de todas las razas de Eldun, y lo peor es que todas sus características la favorecen, haciendo que pueda usar las armas más peligrosas de cada raza. Pero no pongas esa cara, no es tan peligrosa, Kesh exageró mucho, dijo a Keyla que yo era más poderosa que ella, pero de todos modos no hay que subestimarla.
- Ya, ¿Y por qué…?
- Shey y Criss, vienen.
Rue gira la cabeza y efectivamente el coche acaba de entrar en el campo. Las dos se levantan y corren a su encuentro.
- ¿! Sarah!?- dice Shey-.
- No hay tiempo para reencuentros Shey, tengo que contaros algo.
Entre Sarah y Rue cuentan a Shey y a Criss todo lo sucedido, ahora con más detalles y cuentan también sus planes al respecto.
- Te dije que ese tío era un capullo- dice Criss-.
- Ya, y tenías razón, pero ahora no hay tiempo para disculpas Criss, tenemos que pensar-.
- Por mi parte no hay nada que pensar, vámonos a Eldun antes de que ese capullo venga a buscarte.
Todas las cabezas se giran hacia Shey, que piensa.
- Bien, nos uniremos todos para que el teletransporte sea más rápido y efectivo.
- Señora, ha venido visita a la torre.
Nélian alza la cabeza hacia el mensajero, uno de los chicos que viven en la torre y se dedica a vigilar junto con otros dos la entrada y salida de quien entra y quien sale de la torre.
- ¿De quién se trata?- dice la reina dejando la flor que estaba oliendo y saliendo del jardín, hacia el chico-.
- Tres de ellos son magos, los acompaña otra mujer, dicen que es urgente, el nombre del hombre que ha hablado conmigo dice llamarse Shey.
Nélian soríe alegremente.
- Al fin se han decidido a hacerme una visita…- musita para sí- hazlos pasar, los esperaré en la sala de visitas.
El chico asiente y sale del jardín.
viernes, 3 de septiembre de 2010
14.
Sarah abre los ojos de golpe e inmediatamente intenta calmarse, ya que está sentada en un banco del centro de París, con una mujer medio muerta al lado y un ataque de pánico no sería lo más adecuado en su situación.
Antes de que los sentimientos se apoderen de ella intenta pensar con objetividad. Lo primero que debe hacer es llevar a Dianne a su casa ya que no sabe cuanto tiempo ha estado en trance y esta podrá despertar de un momento a otro.
Apresuradamente ayuda a Rue-Dianne a levantarse del banco y se dirigen las dos corriendo hacia la casa de Dianne, que menos mal no está muy lejos de allí.
Una vez Sarah ha dejado a Dianne en su casa una oleada de sentimientos se libera en su interior, pero antes de dejarse llevar por ellos necesita tiempo para pensar por lo que decide llamara Kesh.
- ¿Sarah?- se oye la aterciopelada voz de Kesh a través del auricular. Una oleada de sentimientos invaden el cuerpo de Sarah, pero esta logra reprimirlos en su interior- ¿Sarah?
- Sí, soy yo- dice lo más natural posible, sorprendida de que su voz no ha dejado pasar ni un ápice lo que siente.
- ¿Qué pasa algún problema?
- No, no. Al contrario, todo va bien. Verás acabo de dejar a Dianne en casa y estoy al lado de un restaurante que huele de maravilla por lo que me preguntaba si no te importaba que comiese aquí, ya que en el otro no hemos podido comer- dice Sarah, aún sorprendida de la falsedad de su voz. Conociendo a Kesh tras la visita de Keyla seguro que tiene varias cosas en las que meditar, por lo que seguro que no tiene ningún problema en dejar a Sarah ir a ese restaurante.
- Claro, como tú quieras. De todas maneras tengo que hacer un par de cosas.
- Claro, bueno nos vemos luego, adiós.
- Adiós, te quiero.
- Y una mierda- dice Sarah dejándose caer en el portal de un edificio, abatida, una vez que se ha cortado la línea-.
Dos tristes y solitarias lágrimas ruedan por sus mejillas, como Kesh bien había dicho, ella tenía demasiado Poder para ponerse a llorar como una posesa por haber perdido al amor de su vida. Dolía, sí. Dolía tanto, era como si una parte de su alma hubiese sido arrancada de cuajo, aquella parte que compartía con Kesh.
Sarah ya se imaginaba algo al respecto, por algunos de los actos de Kesh, por su intuición. Pero nunca se lo había tomado del todo en serio.
Era inútil llorar ahora, las lágrimas no se iban a llevar consigo todo el dolor, la traición, el odio, la ira, que siente ahora mismo. Por lo que se limita a cerrar los ojos con fuerza y apretar los puños para no cometer ninguna imprudencia.
Sarah está más de una hora sentada, pensando, sopesando unas alternativas, descartando otras. Hasta que al final se levanta, decidida, camino al apartamento de ese traidor.
La puerta del apartamento está abierta. Sarah se arma de valor y pone una falsa sonrisa en su rostro.
- Hola- dice al entrar-.
- Hola- le responde Kesh, que sale de la habitación- ¿Qué tal has comido?
- Bien, aunque han tardado mucho en servirme… ¿Y tú que tal?¿Qué has estado haciendo, y Krystal?- pregunta Sarah intrigada para ver la mentira que le dice Kesh-
- Yo bien, Krystal está en su casa ya, y no he estado haciendo nada importante.
No, hablar con Keyla de a ver quién mata a quién no es nada importante- Se dice Sarah-.
- Sabes, he pensado en quedarme más tiempo contigo aquí en París, ¿Qué te parece?
Kesh sonríe, y Sarah le devuelve la sonrisa, deseando que esta no le salga amarga.
- Claro- dice Kesh acercándosele y tomándola por la cintura- puedes quedarte el tiempo que quieras. ¿Pero por qué preguntas eso ahora?
- Porque- dice Sarah apartándose de él de la manera menos brusca y sospechosa posible- he traído muy poca ropa y muy pocas cosas y me gustaría que me llevases a casa a que coja más cosas.
Kesh se queda meditando la respuesta.
- Vale, yo te llevo, pero no te voy a acompañar.
Sarah finge una cara de fastidio, pero sonríe interiormente.
- ¿Y eso?- dice con una fingida voz apenada-.
- No me apetece dejar la casa sola con Keyla por aquí merodeando, y no creo que a tu amigo Criss le haga mucha gracia verme por allí.
- Ah, bueno, no te voy a convencer, eso lo tengo claro, eres cabezota como tú solo, pero bueno. Le diré a Shey que me traiga de vuelta y ya está, estaré aquí en unas pocas horas.
- Como quieras. Una pregunta- dice Kesh con el ceño fruncido, y a Sarah se le cae el alma a los pies- ¿Por qué tienes la mente cerrada?
Mierda- se dice Sarah, y se inventa una respuesta rápidamente-.
- Pues porque Keyla podría estar por aquí y levantar la barrera mental rápidamente me cuesta mucho por lo que prefiero dejarla ahí de forma permanente, no la noto en absoluto- dice Sarah poniendo énfasis en las últimas palabras, para que Kesh se diera cuenta de que cada vez controlaba mejor su Poder- ¿Qué pasa no te fías de mí?
- No, no es eso. Claro que me fío de ti, es sólo que me parecía extraño. Pero no pasa nada. Bueno, ¿te llevo a tu casa ya?
- Sí por favor.
- Vale, hasta ahora.
- Adiós.
Y con esto último Kesh roza levemente el brazo de Sarah y al instante siguiente se encuentra sólo en la habitación.
Antes de que los sentimientos se apoderen de ella intenta pensar con objetividad. Lo primero que debe hacer es llevar a Dianne a su casa ya que no sabe cuanto tiempo ha estado en trance y esta podrá despertar de un momento a otro.
Apresuradamente ayuda a Rue-Dianne a levantarse del banco y se dirigen las dos corriendo hacia la casa de Dianne, que menos mal no está muy lejos de allí.
Una vez Sarah ha dejado a Dianne en su casa una oleada de sentimientos se libera en su interior, pero antes de dejarse llevar por ellos necesita tiempo para pensar por lo que decide llamara Kesh.
- ¿Sarah?- se oye la aterciopelada voz de Kesh a través del auricular. Una oleada de sentimientos invaden el cuerpo de Sarah, pero esta logra reprimirlos en su interior- ¿Sarah?
- Sí, soy yo- dice lo más natural posible, sorprendida de que su voz no ha dejado pasar ni un ápice lo que siente.
- ¿Qué pasa algún problema?
- No, no. Al contrario, todo va bien. Verás acabo de dejar a Dianne en casa y estoy al lado de un restaurante que huele de maravilla por lo que me preguntaba si no te importaba que comiese aquí, ya que en el otro no hemos podido comer- dice Sarah, aún sorprendida de la falsedad de su voz. Conociendo a Kesh tras la visita de Keyla seguro que tiene varias cosas en las que meditar, por lo que seguro que no tiene ningún problema en dejar a Sarah ir a ese restaurante.
- Claro, como tú quieras. De todas maneras tengo que hacer un par de cosas.
- Claro, bueno nos vemos luego, adiós.
- Adiós, te quiero.
- Y una mierda- dice Sarah dejándose caer en el portal de un edificio, abatida, una vez que se ha cortado la línea-.
Dos tristes y solitarias lágrimas ruedan por sus mejillas, como Kesh bien había dicho, ella tenía demasiado Poder para ponerse a llorar como una posesa por haber perdido al amor de su vida. Dolía, sí. Dolía tanto, era como si una parte de su alma hubiese sido arrancada de cuajo, aquella parte que compartía con Kesh.
Sarah ya se imaginaba algo al respecto, por algunos de los actos de Kesh, por su intuición. Pero nunca se lo había tomado del todo en serio.
Era inútil llorar ahora, las lágrimas no se iban a llevar consigo todo el dolor, la traición, el odio, la ira, que siente ahora mismo. Por lo que se limita a cerrar los ojos con fuerza y apretar los puños para no cometer ninguna imprudencia.
Sarah está más de una hora sentada, pensando, sopesando unas alternativas, descartando otras. Hasta que al final se levanta, decidida, camino al apartamento de ese traidor.
La puerta del apartamento está abierta. Sarah se arma de valor y pone una falsa sonrisa en su rostro.
- Hola- dice al entrar-.
- Hola- le responde Kesh, que sale de la habitación- ¿Qué tal has comido?
- Bien, aunque han tardado mucho en servirme… ¿Y tú que tal?¿Qué has estado haciendo, y Krystal?- pregunta Sarah intrigada para ver la mentira que le dice Kesh-
- Yo bien, Krystal está en su casa ya, y no he estado haciendo nada importante.
No, hablar con Keyla de a ver quién mata a quién no es nada importante- Se dice Sarah-.
- Sabes, he pensado en quedarme más tiempo contigo aquí en París, ¿Qué te parece?
Kesh sonríe, y Sarah le devuelve la sonrisa, deseando que esta no le salga amarga.
- Claro- dice Kesh acercándosele y tomándola por la cintura- puedes quedarte el tiempo que quieras. ¿Pero por qué preguntas eso ahora?
- Porque- dice Sarah apartándose de él de la manera menos brusca y sospechosa posible- he traído muy poca ropa y muy pocas cosas y me gustaría que me llevases a casa a que coja más cosas.
Kesh se queda meditando la respuesta.
- Vale, yo te llevo, pero no te voy a acompañar.
Sarah finge una cara de fastidio, pero sonríe interiormente.
- ¿Y eso?- dice con una fingida voz apenada-.
- No me apetece dejar la casa sola con Keyla por aquí merodeando, y no creo que a tu amigo Criss le haga mucha gracia verme por allí.
- Ah, bueno, no te voy a convencer, eso lo tengo claro, eres cabezota como tú solo, pero bueno. Le diré a Shey que me traiga de vuelta y ya está, estaré aquí en unas pocas horas.
- Como quieras. Una pregunta- dice Kesh con el ceño fruncido, y a Sarah se le cae el alma a los pies- ¿Por qué tienes la mente cerrada?
Mierda- se dice Sarah, y se inventa una respuesta rápidamente-.
- Pues porque Keyla podría estar por aquí y levantar la barrera mental rápidamente me cuesta mucho por lo que prefiero dejarla ahí de forma permanente, no la noto en absoluto- dice Sarah poniendo énfasis en las últimas palabras, para que Kesh se diera cuenta de que cada vez controlaba mejor su Poder- ¿Qué pasa no te fías de mí?
- No, no es eso. Claro que me fío de ti, es sólo que me parecía extraño. Pero no pasa nada. Bueno, ¿te llevo a tu casa ya?
- Sí por favor.
- Vale, hasta ahora.
- Adiós.
Y con esto último Kesh roza levemente el brazo de Sarah y al instante siguiente se encuentra sólo en la habitación.
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